Esta receta me encanta más aún porque sabe a familia. Al menos en mi caso, la preparé más recientemente para la visita de mi abuelita y mi tio Kike. La familia siempre debe celebrarse y fue muy especial para mi compartir este momento con ellos. Espero que les guste y que también puedan compartir momentos cálidos y dulces con sus seres más queridos.
¿Cómo estoy yo? Estoy llena de planes y sueños. Ojalá que pueda compartirlos pronto. Lo importante es que me he atrevido a seguirlos, aunque no les miento que tengo temores como todos. Tengo miedo de que las cosas no salgan bien, pero tengo más miedo de no intentarlo. ¡Besos!
Ingredientes
5 tazas de agua
1 taza de quinua - sin piedritas
1 lata de leche evaporada o 1 litro de leche fresca
1 taza de azúcar
1a 2 palos de canela
1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Junta agua y palitos de canela en una cacerola.
Hacer hervir.
Suma la quinua.
Cocina a fuego lento, hasta que se seque (que no es que se queme).
Agrega la leche y azúcar.
Cocina a fuego lento por media hora, removiendo todo el rato.
Agrega la esencia de vainilla y mezclar.
Deja enfriar unos minutos antes de servir. No te preocupes si está un poco líquido, se absorberá.
Al servir, decora con canela en polvo y pasas. Está bueno para llevarla contigo como postre a la oficina (ya saben cómo me encanta reciclar envases de mermelada).
Sirve 6 a 8 porciones pequeñas.
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