En lo personal, me encantan como desayuno reemplazando el cereal o sumándolas a mi avena. Esta semana he probado prepararlas de antemano, guardándolas en la refrigeradora para consumir durante una semana. Claro que también las disfruto en platos saladas como guisos. Pero primero es lo primero. Conozcamos un poco más sobre ellas y veámos cómo se prepararan.
La quinua proviene de la región andina que abarca Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador y Chile. Su nombre viene de su palabra en quechua. Debido a que es una semilla comestible y no un grano, es conocida como un pseudo cereal. Algunos de los beneficios de la quinua incluyen ser una fuente completa de proteína, ya que posee los 9 aminoácidos necesarios, además es libre de gluten, entre otros.
La kiwicha, o amaranto en otras partes del mundo, es una prima de la quinua. Por ser una semilla también es un pseudo cereal. Con propiedades similares a la quinua, también es una fuente completa de proteína (sin glúten), poseyendo 10 aminoácidos necesarios. Sin mencionar que también es un anticancerígeno, antihipertenso y antioxidante, entre mas beneficios.
La kañiwa o kaniwa es otro familiar de estas semillas y por lo tanto es una excelente fuente de proteína y fibra. Una diferencia interesante de este pseudo cereal es que a diferencia de la quinua, tiene un sabor menos amargo ya que posee menos saponina.
Ingredientes
1 taza de quinua, kiwicha o kañiwa
1 ½ taza de agua (caliente)
Preparación
Lava la quinua con agua, cuidando de no perder las semillas. Usa un colador muy fino o una tela especial o toalla.
Agrega a una cacerola con agua.
Cocinar por diez minutos o hasta que esté cocido. Cuida que no se consuma el agua.
Disfrútala en el momento o conserva para comer después. En mi experiencia, resistió bien una semana en el conservador de la refrigeradora.
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